Recientemente, encontré una cita que le atribuyen a Byron Katie, autora del famoso libro Loving What Is*, que dice que “No creas todo lo que piensas”. La vi poco después de participar con unos colegas en unas sesiones de coaching. Cuando leí estas palabras, inmediatamente recordé toda la cantidad de creencias falsas que habíamos identificado y trabajado en nuestra llamada. Relacionando la cita a lo ocurrido en la sesión, reflexioné y me sentí inspirada a escribir sobre el tema para que más personas pudieran experimentar lo que clientes, colegas y personalmente hemos vivido al cuestionar nuestras creencias.
Como coach, mi trabajo consiste es escuchar con mucha atención para detectar las creencias y pensamientos de mis clientes que se interponen entre ellos y el logro de sus metas. Desde que están definiendo su meta para la sesión, escucho toda clase de historias que se han hecho mis clientes. Tampoco estoy exenta de hacerme historias. Todos nos hacemos historias, y la mejor parte es, que nos las creemos como si fuesen ciertas.
En ocasiones, pensamos y nos decimos frases, como por ejemplo:
“A mí todo me sale mal”
“Es que tengo que organizarme para…”
“Ha llegado el momento de hacer o decidir….”
“Parece que nunca lograré…”
“Si (no) hago esto ahora, después (no) voy a poder…”
“Si (no) hago tal cosa, la gente va a pensar…”
“Tengo que decidir entre X o Y”
“Yo no nací para…”
¿Te suena familiar? La lista puede ser muy extensa por lo que, a continuación, te comparto algunos ejemplos de nuestro diario vivir.
A menudo pensamos erróneamente que lograr algo será muy complicado o costoso, por lo que ni lo intentamos o nos sentimos paralizados y se nos dificulta tomar acción al respecto. De igual forma, a veces pensamos que necesitamos ser más, hacer más o tener más para ser felices, y la gran mayoría del tiempo, eso no es otra cosa que una historia; cuando reflexionamos profundamente, nos damos cuenta que ya tenemos todo lo que necesitamos para sentirnos plenos.
A veces asumimos o llenamos la información que nos falta con una historia. Por ejemplo, alguien dijo que te llamaría y no lo hizo, y no tienes más detalles al respecto; entonces empieza tu mente a volar y a crear historias sobre todas las posibles razones por las que la persona no llamó. Es posible que en tu mente empieces a escuchar pensamientos como: “aparentemente a esta persona no le interesa lo que tengo que decirle…”, “es que ya no le importo”, “esta persona nunca me toma en serio” o pasamos directo a enjuiciar a la otra persona pensando: “¡qué irresponsable!”.
Nos pasa mucho con las comunicaciones utilizando la tecnología. Por ejemplo, le envíamos un email o mensaje de texto a alguien y si pasan unos días y no hemos recibido una respuesta, pensamos mil cosas que usualmente vienen acompañadas de una carga emocional de reproche. A lo mejor has pensado “me ignoró”, “parece que esta persona está demasiado ocupada para tomar un minuto y responderme”, “no sé si puedo contar con esta persona que ni tan siquiera tiene tiempo para contestar mis mensajes”. Creamos toda una novela en nuestra mente.
Tanto en las sesiones de coaching como el día a día, una vez identifico estas creencias o historias, la otra parte de mi trabajo es cuestionarlas y desafiarlas, lo cual usualmente genera un espacio de descubrimiento o una especie de “despertar” cuando se hace evidente que se trata de una creencia que no es del todo cierta, o totalmente falsa. A veces, descubren que llevan tanto tiempo pensando de esa manera que han descartado por completo otras opciones, otras maneras de mirar o resolver la situación.
Algunas de mis preguntas favoritas son: ¿Qué te (me) hace pensar que…?, ¿Quién dice que tiene que ser así? o ¿De dónde viene esa convicción de….? Son las preguntas que desatan ese aha moment seguido de frases como “fíjate, no me lo había planteado” o “ahora me doy cuenta que…”. Es aquí que surgen todas las posibilidades que habían estado ocultas detrás de esa gran creencia o historia que nos habíamos hecho y que estaba obstaculizando nuestro poder creativo.
A veces nuestros pensamientos surgen de nuestra experiencia inmediata, de lo que hemos vivido, y por ello, debemos cuestionarlos porque nuestra experiencia no necesariamente es representativa de la totalidad de posibilidades que existen en este Universo que habitamos. En ocasiones, adoptamos pensamientos que hemos escuchado o heredado de nuestros abuelos, maestros, mentores, padres, figuras de autoridad, los medios de comunicación, o personas que admiramos. Eso tampoco los hace más ciertos.
Mi invitación para ti es a cuestionar esos pensamientos recurrentes, en especial aquellos que “justifican” el no lograr una meta o aquellos que te roban tu paz. Cuestiónate lo que piensas sobre ti misma, sobre otras personas, sobre la vida, sobre cualquier cosa. Pregúntate qué te ha llevado a pensar de esa forma.
¿Cuáles son las historias más recientes que estás pensando o compartiendo con otros como si fueran verdades absolutas?
You’ll have the most amazing breakthroughs when you challenge your own beliefs. Ask yourself what makes you think whatever you’re thinking or believing about you, about life, about everything.
– Mariely Sylvette
© Mariely Sylvette Martínez
Mariely S. Martínez es coach de liderazgo y consultora sénior de Carrera. Apoya a ejecutivos y empresarios en su desarrollo personal y profesional en temas de carrera, comunicación, empresarismo, y marca personal. Además, es trainer de los Principios del Éxito donde apoya a individuos a desarrollar su liderazgo personal para lograr sus metas y transformar sus vidas positivamente.
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