No tiene necesidad de transformarse aquel que lleva una vida perfecta, segura y libre de errores, sino aquel que se arriesga a equivocarse. Por eso pienso que a veces vale la pena, salir con el/la chico/a incorrecto/a, emprender un negocio a pesar de las circunstancias a nuestro alrededor y hacer cosas diferentes aunque otros puedan pensar que no hemos tomado la decisión más sabia. ¡Y es que… aprendemos TANTO de nuestros errores!

Recientemente, participé en una reunión bajo el tema de “Las lecciones aprendidas este año”, varias de las personas que asistieron compartieron sus testimonios sobre cómo aquellas situaciones difíciles y extremas que vivieron fueron la gota que colmó la copa para decidir realizar los cambios necesarios para transformar sus vidas. Pues de haber estado felices y cómodos no hubiesen sentido ninguna necesidad ni urgencia de realizar un cambio.

A veces es necesario salir de nuestra zona cómoda y experimentar la incomodidad, pues esas son las experiencias que pudieran ser transformadoras. Si no arriesgas, tal vez es cierto que “no pierdes”, pero también es cierto que no ganas. Al final, yo creo que realmente SÍ pierdes la oportunidad de aprender, de vivir nuevas experiencias que pudieran enriquecer tu vida grandemente.

Esto NO quiere decir que nos volvamos imprudentes y actuemos negligentemente de forma intencional que pudiese poner en peligro nuestras vidas o nuestra estabilidad emocional. Lo que quiero decir es que a veces vale la pena lanzarnos a una aventura en la que tengamos la posibilidad de ganar algo. Queda de nosotros evaluar cada una de las oportunidades que se nos presentan y determinar si realmente pueden aportar valor a nuestra vida.

Salir con el chico equivocado (aunque en aquel entonces no sabía que era el equivocado), me ayudó a crear mayor claridad sobre lo que busco y espero en una relación; y emprender un negocio en plena recesión y aun sin tener toda la experiencia del mundo, me permitió acercarme a las personas que sí tenían los conocimientos y la experiencia para apoyar mi emprendimiento y aprender de ellas.

Dejé un buen trabajo con un sueldo seguro hacen casi 6 años aprovechando la valiosa oportunidad de trabajar por mi cuenta, en mi tiempo y utilizando mis talentos para generar los ingresos suficientes para sostenerme económicamente. ¿Había posibilidad de salir airosa? Sí. ¿Habían posibilidades de que no todo saliera bien? También. ¿Hubo dificultades en el camino? Sí, muchas; pero las experiencias y las satisfacciones que estoy viviendo hoy gracias a esa decisión, que en quel momento muchos calificaron como una equivocación, superan en gran medida los desafíos que haya enfrentado en el camino.

Todo lo que he aprendido durante este tiempo no lo cambio por nada. El crecimiento ha sido exponencial. Los errores que cometí en mis comienzos me ayudaron a tomar decisiones más sabias, a reconocer mi valor como profesional y como ser humano, así como convertirme en una mujer de negocios con más experiencia. Estas experiencias son las que me han permitido educar e inspirar a otros y dejar mi huella en el mundo.

Darme la oportunidad y la libertad para actuar y equivocarme, ha sido mi mayor bendición. Mi transformación personal y a nivel profesional es el resultado indiscutible de ello.

©Mariely Sylvette Martínez